Una mochila japonesa
El camino a la escuela en Japón: educación entre valores, tradición y modernidad (#34)
Una de las imágenes más icónicas de la educación en Japón es la cultura de los uniformes y los símbolos escolares. Se trata de elementos que, desde otras culturas, no siempre resultan fáciles de comprender, y menos aún de integrar con naturalidad.
En Japón, el uniforme escolar (seifuku) y la mochila randoseru (ランドセル) son símbolos de pertenencia y orgullo. Representan la igualdad y la identidad colectiva dentro del centro educativo. Curiosamente, estos dos valores —a través de la uniformidad en la forma de vestir— son percibidos a veces, desde nuestra sociedad occidental, como rasgos elitistas, positivos o negativos según para quién.
Quienes hayan visitado el país nipón, o simplemente hayan visto un reportaje o documental, tendrán grabada la imagen del estudiante uniformado con una mochila rígida de cuero, rectangular y de diseño inconfundible. El término randoseru proviene del holandés ransel (‘mochila’), introducido en Japón en el siglo XIX durante la modernización del sistema educativo.
Tradicionalmente, la llevaban los niños de primaria: las rojas se asociaban a las niñas y las negras a los niños, aunque hoy en día existen muchos más colores y estilos. Lo cierto es que no son baratas (entre 250 y 500 euros), pero, si uno observa con detalle el proceso casi artesanal de fabricación, entiende el trabajo que implica crear cada una de ellas.


