
El conjunto más famoso de los tres monos (que incluso tienen sus propios emojis: 🙉🙊🙈) se encuentra en el santuario Tōshō-gū en Nikkō, Japón, tallados en madera en el siglo XVII. El blog Japonismo dedicó un artículo a este lugar sagrado. Recomiendo esta publicación por la calidad de sus contenidos sobre el país nipón.
Los monos representan el proverbio:
No ver el mal, no oír el mal, no decir el mal.
En japonés:
見ざる、聞かざる、言わざる (Mizaru, Kikazaru, Iwazaru)
Mizaru: el mono que no ve (se tapa los ojos).
Kikazaru: el mono que no oye (se tapa los oídos).
Iwazaru: el mono que no habla (se tapa la boca).
El proverbio llegó a Japón desde China en torno al siglo VIII, a través del budismo. Fue difundido especialmente por la escuela Tendai que promovía una ética del autocontrol y la virtud. Algunas interpretaciones más modernas lo vinculan con la ignorancia voluntaria o con una cierta complicidad silenciosa.
En esta ocasión, añadimos un cuatro mono, que parece reunir los tres anteriores. No sabemos si lo hace de forma voluntaria o no, pero se ha convertido en nuestro pan de cada día.
El cuarto mono ha emergido. No ve a nadie, no oye a nadie y no habla con nadie.