Un día desconectado
Veintitrés horas al día offline (#30)
En la última nota compartí la idea de las páginas /now, una iniciativa que descubrí en la web de Derek Sivers. En ella publicó —aunque ya no aparece en su /now page— una idea que envidio y que, sinceramente, me tiene fascinado.
offline 23 hours a day
There’s no internet or cellphone service in my new home, so I’m offline 23 hours a day. I go into town once a day to go online, download my emails, upload my code to my server, ask the internet my questions, then disconnect and go back home to work. It’s super productive.
Es decir: dedica solo una hora al día a estar conectado y a realizar todas las tareas que requieren acceso a Internet. Sospecho que se ve obligado a trabajar así porque no dispone de conexión en su nueva casa (entiendo que temporalmente), pero la idea me parece maravillosa. De algún modo, nos hace viajar en el tiempo, a los inicios de la red, cuando la conexión se pagaba por minutos y nos organizábamos mejor para reservar ciertas tareas para un momento concreto del día (de noche, porque era más barato conectarse).
A eso, hoy, lo llamamos trabajar en bloques de tiempo. Mucho más productivo, qué duda cabe.
Y entonces me pregunto: ¿seríamos capaces de estar 23 horas seguidas desconectados? ¿Lo permiten nuestros trabajos? ¿Cuántas de nuestras acciones diarias dependen de una conexión permanente? Pero, sobre todo: ¿tenemos realmente la voluntad de desconectar?
Fotografía | Technology


